Descubre cómo una apasionada de la cocina logró superar con éxito su pérdida de ingresos apostando por la innovación. Sigue el recorrido inspirador de esta embajadora de la gastronomía que supo transformar los desafíos en oportunidades para seguir compartiendo su pasión y sus delicias con el mundo.
Los desafíos encontrados por una apasionada de la cocina
Rosa Jackson, una canadiense instalada en Niza desde hace más de veinte años, es bien conocida por sus contribuciones a la gastronomía local. Su taller, Les Petits farcis, ubicado en uno de los edificios del Viejo Niza, ha experimentado importantes perturbaciones recientemente. Debido a un decreto de peligro, estas instalaciones tuvieron que ser evacuadas, dejando a Rosa en una situación precaria. La cancelación de sus clases de cocina, frecuentadas principalmente por turistas extranjeros, ha afectado gravemente sus finanzas.
Las primeras reacciones ante una crisis inesperada
«Si no puedo dar clases, no tengo ingresos», confiesa Rosa. Programa cancelado y clientela decepcionada, se encuentra sin una solución inmediata para continuar con su actividad. Las importantes inversiones realizadas para su taller añaden a su estrés. Con 15,000 euros en equipos y 7,000 euros en aire acondicionado, sin contar el mantenimiento anual, la pérdida de su local es un golpe duro.
La búsqueda de una solución temporal
A pesar de todo, Rosa no se deja abatir. Ante esta situación, se dirige a las autoridades locales. Aunque el concejal que conoce muestra una escucha atenta, no se le propone ninguna solución inmediata. Además, los cursos en línea, que funcionaron bien durante la pandemia de Covid-19, ya no son una opción viable ya que Rosa no tiene acceso a su taller.
Una idea innovadora para superar la crisis
Aunque, Rosa encuentra una solución innovadora para superar esta crisis. Decide lanzar un servicio de clases de cocina privadas a domicilio. Al llevar su experiencia directamente a casa de sus clientes, Rosa mantiene una conexión personal y cálida. Este modelo presenta numerosas ventajas:
- Los clientes reciben atención personalizada.
- La cocina se realiza en la comodidad de su propio hogar.
- Rosa puede seguir compartiendo su pasión sin tener que soportar los costos fijos de un local.
Este enfoque no solo le permite generar ingresos, sino también continuar promoviendo la gastronomía nizzarda de una manera flexible y adaptada a cada cliente.
Llamado a la comunidad para apoyo local
Rosa también hace un llamado a la comunidad local para ayudarle a encontrar un nuevo local cerca del Viejo Niza o del barrio Libération. Apoyándose en su red y su notoriedad, espera recibir sugerencias y ofertas de espacios donde pueda reubicar su taller de cocina.
Perspectivas y esperanzas futuras
Al adaptar su modelo de trabajo y explorar nuevas vías, Rosa muestra una resiliencia notable. Los desafíos encontrados solo han reforzado su determinación de seguir compartiendo su amor por la cocina nizzarda. Esta experiencia también le ha permitido descubrir nuevas formas de conectarse con su clientela y mantener su actividad a pesar de los obstáculos.
Fuente: www.nicematin.com
