Ingredientes
Receta para 4 personas.
Utensilios
Preparación paso a paso
Tiempo total: 1 hora
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de reposo: 1 hora 30 (para las morillas secas)
Tiempo de cocción: 40 minutos
ETAPA 1: Rehidrata las morillas secas en agua tibia durante 1h30, asegurándote de cubrirlas completamente.
ETAPA 2: Escurre delicadamente las morillas y córtalas por la mitad a lo largo para un mejor uso.
ETAPA 3: En una olla, derrite 30 g de mantequilla, luego añade un chalote picado y sofríe durante unos minutos.
ETAPA 4: Incorpora las morillas y déjalas saltar brevemente para liberar sus aromas en la preparación.
ETAPA 5: Añade 200 ml de vino blanco y un cubito de caldo de ave, luego lleva a ebullición.
ETAPA 6: Una vez que la mezcla esté hirviendo, añade 200 ml de nata y asegúrate de mezclar bien.
ETAPA 7: Deja hervir la salsa a fuego lento durante aproximadamente 15 minutos para que espese y los sabores se intensifiquen.
ETAPA 8: Corrige el sazón añadiendo sal y pimienta al gusto, luego sirve caliente.
Realizar una salsa de morillas casera puede ser un verdadero placer para tu paladar. Con pasos simples, es posible obtener una salsa rica en sabores. El primer paso consiste en rehidratar las morillas, lo que permite intensificar su gusto. Después, la cocción de chalote y mantequilla crea una base sabrosa. La adición de nata y vino blanco realza la textura y el aroma de la salsa.
Para aquellos que desean descubrir cómo integrar esta salsa en diferentes platos, recetas como el pollo con morillas o el capón de Bresse pueden servir de inspiración. Con un poco de práctica, es fácil dominar este clásico de la cocina francesa.