En el corazón de la efervescencia gastronómica, Valentina Giacobbe y Julien Ingaud-Jaubert han transformado el restaurante Ginko en un templo de la cocina excepcional. Su colaboración fusiona creatividad y pasión para ofrecer una experiencia culinaria inolvidable. Ven a descubrir cómo estos dos talentosos chefs han sabido redefinir los códigos de la gastronomía y deleitar el paladar de los gourmets más exigentes.
Un encuentro decisivo y un proyecto común
A los 31 años, Valentina Giacobbe, chef de cocina, y Julien Ingaud-Jaubert, chef pastelero, abrieron su primera dirección en el corazón de Lille. La pareja se conoció en el Gaya de Pierre Gagnaire, donde desarrollaron una complicidad profesional y personal que los llevaría a un proyecto común: Ginko.
Un entorno propicio para la convivialidad
La amplia ventana del restaurante ofrece una vista impresionante de la hermosa iglesia de Saint-Eustache. Esta apertura al exterior permite crear una atmósfera ligera e invitante, ideal para comidas agradables en compañía de amigos o en una cita a solas. Valentina y Julien desearon que el ambiente fuera tanto acogedor como íntimo, reflejando su amor por la «sencillez sofisticada».
Una carta innovadora y local
En la carta, la innovación está presente con cocteles sin alcohol que acompañan perfectamente los platos. Estas bebidas, como la refrescante mezcla a base de remolacha y kombucha de té blanco, están pensadas para realzar los sabores sin dominarlos.
Las cervezas locales también tienen un lugar destacado, a menudo preferidas sobre el vino por los habituales del lugar. Esta elección refleja el apego de los dos chefs a la vida local y a la cultura gastronómica de la región.
Un servicio atento y cálido
La acogida es un elemento central en Ginko. El servicio se distingue por su sonrisa y su atención constante. Los habituales se sienten aquí como en casa, intercambiando amablemente con la jefa de sala y los demás miembros del equipo.
Platos insignia y compromiso medioambiental
El menú de Ginko celebra la simplicidad y la autenticidad. El bacalao, por ejemplo, se sirve sin adornos: un hermoso trozo acompañado de algunas verduras de temporada y una salsa XO reinventada por Valentina. Esta salsa, inspirada en la infancia de la chef en Asia, se prepara sin cerdo pero con vieiras, ajo y chalotas. El resultado es un plato a la vez complejo y perfectamente equilibrado.
Se otorga una mención especial a la mantequilla casera, hecha con recortes de verduras, una elección que refleja el compromiso de la pareja en favor de la reducción de residuos alimentarios y de la sublimación del vegetal.
Postres refinados
Julien Ingaud-Jaubert, chef pastelero, no deja de sorprender con sus delicadas creaciones. Uno de los postres estrella es una madeleine acompañada de un sorbete de miel, recubierta de una mousse de leche, que encanta por su simplicidad y refinamiento.
Una experiencia gustativa completa
Al final de la comida, las infusiones ofrecidas cierran la experiencia culinaria de manera original y deliciosa. El trigo sarraceno tostado, en preparación, deja una nota final inolvidable. Esta pareja de chefs apasionados no ha terminado de sorprendernos ni de hacer hablar de ellos.
Información práctica
Menú de 4 tiempos (clásico o vegetal) a 65 euros, 6 tiempos a 85 euros. Almuerzo (entrada, plato, postre) a 40 euros.
Ginko, 70, rue de l’Hôpital-Militaire, 59 800 Lille. Tél. : 03 20 77 64 03.
Fuente: www.lejdd.fr