En el torbellino de nuestras vidas diarias, persiste un mal hábito que molesta a camareros y restauradores. ¿Cuál es esa costumbre recurrente que parece afectar a todos cuando cruzamos las puertas de un restaurante? Analicemos juntos este comportamiento que, aunque común, puede corregirse para una comida más armoniosa y agradable para todos.
Un hábito común e irritante
Entre los comportamientos que más exasperan a los camareros, un hábito se destaca particularmente: el uso de teléfonos móviles en la mesa. Este gesto, ahora banal, perturba el servicio y complica el trabajo del personal en sala.
La incomodidad ocasionada en el servicio
Ya sea entre adultos, adolescentes o incluso algunos niños, el teléfono móvil casi siempre está sobre la mesa tan pronto como nos sentamos. Esta acción, aparentemente inofensiva, impide que los camareros circulen de manera efectiva y coloquen los platos de forma segura. La fluidez del servicio se ve gravemente afectada.
La seguridad ante todo
Dejar el teléfono móvil sobre la mesa no solo es grosero, también puede volverse peligroso. Durante las horas pico, un camarero bloqueado podría causar accidentes, especialmente si los platos están muy calientes. Por eso es esencial dejar su teléfono en su bolso o su bolsillo.
Cómo evitar este mal hábito
Para evitar esta incomodidad, unos pocos gestos simples son suficientes:
- Dejar su teléfono móvil en su bolso o su bolsillo
- Colgar su abrigo en el guardarropa o en el respaldo de la silla
- Deslice discretamente sus cosas debajo de la mesa
Estas pequeñas atenciones facilitarán enormemente el trabajo de los camareros y asegurarán un servicio más rápido y más seguro.
Disfruta del momento presente
Cuando salgas a cenar, tómate el tiempo para disfrutar del momento presente. Guardar su teléfono no solo evita molestias innecesarias, sino que también le permite disfrutar plenamente de la experiencia culinaria. Las pantallas y las notificaciones pueden esperar.
Aprecie cada momento en la mesa, lejos de las distracciones digitales, y cree recuerdos memorables con sus seres queridos.
Fuente: cuisine.journaldesfemmes.fr