Ingredientes
Receta para 4 personas.
 500 g de grasa de cerdo |
 sal al gusto |
 1 l de sangre de cerdo |
 2 cebollas |
 200 g de pan de molde |
 2 ajíes |
 2 clavos de olor |
 Para acompañar: puré de manzana (al gusto) |
Utensilios
 Gran olla de hierro fundido |
 Cuchillo de chef |
 Cuchara de madera |
 Balanza de cocina |
 Plato de presentación |
 Gran ensaladera |
| Recipiente para especias |
 Termómetro de cocina |
Preparación paso a paso
Tiempo total de cocción : 2 horas 30 minutos
Tiempo de preparación : 40 minutos
Tiempo de reposo : 1 hora
Tiempo de cocción : 2 horas
PASO 1 : Comience cortando la grasa de cerdo en dados regulares pequeños para asegurar una cocción uniforme.
PASO 2 : Pochar estos dados en una gran cacerola de agua hirviendo durante unos 15 minutos para que se ablanden.
PASO 3 : Mientras tanto, en otra cacerola, cocine las cebollas hasta que estén bien doradas y tiernas.
PASO 4 : Luego, añada a la cacerola con la grasa de cerdo la sangre de cerdo y mezcle bien todo.
PASO 5 : Incorpore las especias de su elección para añadir sabor a su preparación, como sal y pimienta.
PASO 6 : Mezcle todas las preparaciones en una gran olla de hierro fundido y deje cocinar a fuego lento durante aproximadamente 2 horas.
PASO 7 : Una vez cocido, vierta la mezcla en tripas y elimine las burbujas de aire para una buena consistencia.
PASO 8 : Deje reposar su morcilla durante al menos 1 hora antes de cocinarla en el horno o en la sartén.
La morcilla, un plato emblemático de la tradición, merece ser redescubierta en nuestras cocinas. Con raíces profundamente arraigadas en la historia culinaria, combina hábilmente ingredientes simples como sangre de cerdo, grasa y cebollas para crear una experiencia de sabor memorable. Cada región le aporta su toque personal, como la morcilla antillana que a menudo se sirve en festividades.
Al prepararla en casa, no solo descubrirá una receta, sino también una rica herencia culinaria llena de sabores. Ya sea acompañada de manzanas o de un repollo rojo salteado, es una ocasión para reunir a sus seres queridos alrededor de una mesa acogedora, disfrutando así de los placeres simples de la vida.
