En un contexto económico difícil, los restaurantes sienten de primera mano la desazón de los clientes ante la subida de precios. Los amantes de la cocina, frustrados por cuentas que aumentan, comienzan a reflexionar sobre sus salidas gastronómicas. Este cambio de comportamiento, que afecta incluso a las familias que aún planificaban salidas, revela una nueva relación con los costos de la restauración. Los clientes, cansados de los precios excesivos, se vuelven cada vez más hacia otras alternativas, redefiniendo así sus prioridades.
¿Por qué los franceses se desenganchan de los restaurantes?
Un nuevo estudio realizado por Gira Conseil revela que dos tercios de los consumidores han reducido recientemente sus salidas al restaurante. Las razones mencionadas son variadas, pero la subida de precios es la principal. En los últimos años, muchos establecimientos han revisado sus precios al alza, lo que ha provocado un ajuste en los hábitos alimenticios de los franceses. Las clases medias y los hogares con niños parecen estar particularmente impactados por esta evolución.
Una ensalada César que antes costaba 14 euros ya es sólo un lejano recuerdo: este plato ahora se cotiza alrededor de 17,50 euros. Familias enteras dudan en cruzar la puerta de los restaurantes para no ver explotar su presupuesto. Los restaurantes clásicos sufren así una pérdida de atractivo frente a opciones menos costosas como las cafeterías-panaderías, que ofrecen un ambiente más agradable y precios más accesibles. El desafío es enorme para los restauradores que buscan adaptarse a estas nuevas tendencias.
¿Cómo influye la crisis en las elecciones de los consumidores?
Los consumidores de hoy se enfrentan a una dura realidad económica. Los gastos en alimentación no cesan de aumentar, y esta inflación se siente especialmente en las comidas fuera de casa. El 75 % de los franceses han modificado sus comportamientos de consumo, lo que se traduce en un retroceso significativo de la asistencia a los restaurantes. Por razones económicas, muchos prefieren reducir la frecuencia de sus salidas o optar por modalidades de restauración más económicas.
Los consumidores muestran voluntad de controlar su presupuesto cuando llega la hora del almuerzo. Las marcas para llevar están ganando cada vez más clientes, ya que son percibidas como soluciones prácticas y económicas. Por lo tanto, los restauradores deben replantear su propuesta para seducir a un público cada vez más exigente en cuanto a la relación calidad-precio.
¿Qué impacto tiene la calidad de los platos en la decisión de los clientes?
La calidad percibida de los platos también tiene un fuerte impacto en la decisión de los clientes de aventurarse en un restaurante. Por un lado, buscan una experiencia gastronómica que justifique el alto precio. Por otro lado, cuando observan cierta estandarización de los productos, la decepción es inmediata. El ejemplo de los mejillones con papas fritas a 21 euros ha sido citado por numerosos consumidores descontentos que constatan una reducción de la calidad en relación con el precio.
Los clientes quieren un saber hacer culinario y ingredientes de calidad. Aquí hay algunas estrategias que los restauradores deberían considerar:
- Ofrecer menús de temporada a precios atractivos.
- Poner en valor los ingredientes locales y de alta calidad.
- Proponer comidas familiares para satisfacer las necesidades económicas de las familias.
¿Cómo modifica el teletrabajo nuestros hábitos alimenticios?
El auge del teletrabajo ha redefinido las prácticas de los empleados, que se encuentran almorzando en casa con mayor frecuencia. Los almuerzos improvisados en la cocina reemplazan las pausas tradicionales en el restaurante. Los trabajadores que permanecen en casa tienen poca motivación para salir de su hogar para comer, reduciendo así la clientela de los establecimientos.
Este fenómeno tiene consecuencias en el mercado de la restauración, obligando a los propietarios a encontrar nuevas formas de atraerlos, como por ejemplo:
- Ofrecer promociones en las comidas para llevar.
- Crear asociaciones con empresas locales para almuerzos de negocios.
- Desarrollar eventos en torno a la gastronomía para restablecer el compromiso de los clientes.
¿Cómo influyen los precios en las decisiones de los restauradores?
Los precios en un restaurante no se fijan arbitrariamente. Los restauradores deben adaptarlos en función de varios factores: el costo de la materia prima, los gastos fijos y los salarios del personal. Sin embargo, el aumento de estos costos plantea un verdadero dilema para los restaurantes. ¿Cómo justificar un ajuste de tarifas sin perder clientes?
La respuesta no es sencilla, pero una comunicación precisa sobre las razones del aumento podría ayudarles a mantener una clientela fiel. Los restauradores deben equilibrar entre lo que desean ofrecer y lo que los clientes están dispuestos a pagar, sin perder de vista:
- La necesidad de explicar los aumentos de precios a través de la experiencia del cliente.
- La posibilidad de ajustar las porciones para dar una mejor percepción del valor.
- La promoción de menús a precio fijo para tranquilizar a una clientela consciente de su presupuesto.
¿Qué alternativas eligen los clientes para evitar pagar precios altos?
Ante la presión que representan los precios elevados en los restaurantes, muchos clientes se orientan hacia otras alternativas. Las cafeterías-panaderías, por ejemplo, se imponen cada vez más como una opción popular, proporcionando un ambiente acogedor mientras se mantienen asequibles. Los clientes aprecian esta hibridación que combina el espíritu de una cafetería y una panadería con precios razonables.
Los clientes buscan más opciones, sobre todo cuando la comida rápida y los platos para llevar se convierten en opciones populares. Quieren una experiencia de calidad sin el costo asociado a una salida al restaurante. En tiempos de crisis, los consumidores se muestran creativos y se orientan hacia:
- Las comidas caseras.
- Las entregas a domicilio ofrecidas por plataformas digitales.
- Las tendencias « #mealprep » en las redes sociales a favor de la cocina por porciones.

La situación actual de los restaurantes es alarmante, tanto para los profesionales como para los clientes. Con un aumento de precios en la carta de cerca del 12 % en 2022 y del 8 % en 2023, muchos consumidores dudan en salir. Esta realidad produce una verdadera transformación comportamental: dos tercios de los franceses han reducido recientemente sus salidas al restaurante, poniendo de manifiesto el costo como principal motivo.
Las cafeterías-panaderías, en cambio, ganan en popularidad al ofrecer una alternativa más económica. Percibidas como acogedoras y accesibles, logran atraer a una clientela que huye de los restaurantes tradicionales debido a los precios altos. Los clientes ahora buscan una experiencia de restauración que combine calidad y precios razonables, un desafío que deben enfrentar los restauradores.
La coyuntura económica, marcada por el aumento de los costos alimentarios y las fluctuaciones de los precios de la energía, obliga a los establecimientos a revisar su estrategia de precios. Los restauradores deben mostrar ingenio para mantener su atractivo mientras gestionan presupuestos más ajustados, a riesgo de perder su clientela.